La mediación familiar es un proceso de resolución de conflictos a partir de la intervención guiada de un profesional , quien ayudará de una manera neutral a cada uno de los miembros de la familia, a definir el problema tal y como ellos mismos lo ven, a entender las opiniones e intereses de los demás, a buscar todos juntos soluciones duraderas en el tiempo.
A través de la participación de los propios implicados en la resolución de sus conflictos, el mediador hace que cada uno de ellos tome conciencia de su protagonismo activo, no solo en el momento actual, sino también en el futuro.
La mediación se basa en una decisión libre que adoptan las partes en conflicto, sin presiones de ninguna especie y sin que pueda haber forma de obligar a su realización. Del mismo modo durante el proceso de mediación, si alguna de las partes desea ponerle fin, puede hacerlo. Así mismo, los acuerdos a que lleguen deben ser informados a la instancia judicial que corresponda, para que su ejecución y efectividad se concreten.